La industria alimentaria europea y las Agencias de Seguridad Alimentaria dedican un enorme esfuerzo al establecimiento de una estricta normativa que permita asegurar la integridad total de los alimentos a consumir, atendiendo tanto a la calidad como a la seguridad. Uno de los factores más críticos contra los que luchar es el posible fraude de sustitución parcial o total de ingredientes declarados en el etiquetado o descritos en las correspondientes normativas referidas al producto, por otros de inferior valor o calidad. Este tipo de fraudes han podido llegar incluso a derivar en problemas de seguridad alimentaria, incluyendo alergias e intolerancias. Por ello, desde las autoridades europeas y a través de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) o los correspondientes gobiernos, se está llevando a cabo una ingente labor de promoción de estrictas normativas con el fin de atajar esta problemática. Este hecho está generando una creciente demanda de metodologías que permitan la caracterización de materias primas y alimentos elaborados, así como nuevos métodos analíticos capaces de asegurar la completa trazabilidad de la cadena alimentaria.

 

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